Cuando nos preguntamos,- en nuestra condición de afectados por un hecho que requiera de la atención de un profesional de la abogacía-, quién será el encargado de llevar a cabo el caso que mejor se adapte a nuestras necesidades legales, y por ende, mejores resultados pueda conseguir en post de nuestros intereses en el asunto, es bien seguro que todo aquel que haya requerido los servicios de un profesional del derecho, le haya dado mil y una vueltas al cómo conseguir la mejor opción, al cómo elegir abogado y al cómo elegir al abogado perfecto.
Por ello, este artículo mirará de responder a los que de ahora en adelante precisen de los mejores servicios legales para y por la conquista de los desenlaces más deseables.
A partir de aquí, vertebraremos los aspectos que nos deben servir de guía para la elección de un buen profesional, al cómo elegir abogado con plenitud de competencias.
Cómo elegir un buen abogado
Para ello destacaremos una serie de premisas y principios que se deben cumplir sobre cómo elegir abogado.
- Sabedores de que de la especialización nace la excelencia, debemos atender a un principio fundamental a la hora de iniciar nuestra selección, y no es otro principio que el de la especialización propiamente dicha. ¿Qué nos conlleva? Dos palabras: competencia y garantía, que son dos conceptos que se retroalimentan, y de dicha retroalimentación, valga la redundancia, surge el servicio perfecto. Dentro del mundo de la abogacía debemos ser conscientes que abarcar todo tema jurídico en plenitud de capacidades, por muy brillante que se sea, es realmente casi imposible. En consecuencia, la especialización es un punto a favor de cómo elegir abogado en un futuro inmediato.
- La trayectoria de un abogado es un grado favorable al mismo, pues de dicha experiencia se hace camino. Entonces, si nos encontráramos en la vicisitud entre la selección de un joven abogado o un abogado con experiencia, si bien no podemos aludir a las buenas generaciones de abogados nacientes, no es menos cierto que si pudiéramos llegar a dudar entre la selección entre ambos, como diría cierto poeta estadounidense “el joven conoce las reglas, pero el viejo las excepciones”, condición necesaria y más que suficiente para acabar seleccionando experiencia.
- Aunque no sea requisito indispensable, la ubicación y la posición cercana del abogado o del despacho de abogados, viene a ser uno de los principios básicos para realizar una provechosa selección. Así pues, un abogado que se ajuste al resto de principios descritos para la buena elección, y además sea lo más cercano a nuestro domicilio, redundará de manera directa en nuestra calidad y comodidad como clientes, de manera muy especial a partir de un contacto más directo y constante. Además, si le añadimos que dicho abogado o despacho de abogados está tan adaptado a su zona que conoce a la perfección el proceso, criterio y valoraciones de los Juzgados y Tribunales de su alrededor.
- Cuando un despacho de abogados o un profesional de la abogacía recibe gran parte de su cartera de clientes a partir de las recomendaciones objetivas de clientes pasados, esto nos da una pista en positivo del buen hacer de dichos profesionales, por lo que será una apuesta garantizada. Por ello te recomendamos que busques y te informes, entre familiares y amigos, o por internet inclusive, referencias del abogado que estás buscando. Este será un principio que te servirá de gran ayuda cuando decidas decantarte por el abogado y/o despacho que llevará tu caso.
- Adentrémonos en el punto más delicado de estos principios que estamos guiando, o si más no el que genera mayores controversias a la hora de decantarnos por un abogado u otro, es el de los honorarios. Y es que seguramente el futuro cliente acabe realizando multitud de visitas para conseguir distintos presupuestos, y seguramente acabe seducido por el presupuesto más bajo. Pero cuidado, el presupuesto inicial más bajo no resultará una vez acabado el proceso el que en su conjunto sea a la postre el de menor cantidad, o también pudiera pasar, que en la calidad y competencia de aquel abogado que ofrece un presupuesto tan bajo vaya en relación a su capacidad competencial a la hora de afrontar el caso. Entonces, a la hora de determinar los honorarios deberemos ser conscientes de que un abogado es un profesional que oferta un servicio que requiere alta especialización y un grado elevado de importancia, por lo tanto, cuando seleccionemos a un abogado no nos quedemos únicamente con el presupuesto pues siguiendo el argot popular “Nadie regala nada”, por lo tanto debemos de ser conscientes que en el presupuesto se ligan principios competenciales, de especialización, y de ese largo etcétera de principios que vamos a ver en este artículo. Del mismo modo que no debemos seleccionar el presupuesto más bajo, no deberemos hacer lo propio con el presupuesto más alto, siguiendo una inoperante regla de tres, ya que reiteramos que lo que se debe hacer es buscar y comparar en base a criterios de especialización, competencia y experiencia, en ningún caso guiarnos por mera cuestión económica, y seleccionar en consecuencia lo que parezca más razonable. Es menester atender que si quisiéramos analizar un presupuesto de una manera lo más ajustada a la realidad podemos ayudarnos de los criterios orientativos en cuestión de honorarios que ofrece el Ilustre Colegio de Abogados.
- Ya una vez realizada una criba selectiva de abogados y despachos de abogados que no se ajusten a nuestras demandas, y habiéndonos quedado con un grupo reducido de los consultados, recomendamos concertar una visita o consulta con ellos, la cual seguramente al ser la primera sea sin cargo económico alguno, y si será para acercar posturas entre abogado y cliente de cara a cómo afrontar un caso. A partir de aquí quédate con la primera impresión, la confianza y seguridad transmitida, su capacidad de compromiso en el asunto, el cual por ejemplo un hecho significativo pudiera ser el cuándo y cómo se concreta esa visita, y esto nos da ideas de cuanta carga de trabajo tiene el despacho, la prioridad que te dan como cliente…
- Una vez en esa primera toma de contacto, pregunta. Pregunta todo lo que consideres necesario, haz cuantas preguntas requieras que sean de tu interés. Asegúrate que te hayan escuchado, atendido de manera receptiva, y si especialmente, responde con la seguridad de que tu caso se solventará de la manera más positiva.
Tras todo lo explicado, y una vez realizado el ejercicio de valoración de todas tus posibilidades, a partir de las premisas y principios marcados en este artículo, debes ya tener las herramientas suficientes para y cómo elegir abogado , y no abogado sin más, sino ese buen abogado que necesitas para tu caso.
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